sábado, 27 de octubre de 2007
Bulldog: "Salvaje"
Bulldog volvió a entrar al estudio, luego de tres años, para darle forma a su noveno disco, acompañados por Michel Peyronel como productor.
Después de un disco doble que coronó no solo sus quince años de trayectoria, sino su crecimiento de los últimos años, Bulldog estaba prácticamente obligado a realizar una placa que confirme su progreso como banda. Con un sonido potente y un desarrollado sentido de la composición, “Salvaje” demuerta que los rosarinos están a la altura de las circunstancias.
Precisamente, la novena placa de la banda conserva el espíritu punk rocker que caracteriza al grupo, pero evidencia al mismo tiempo una maduración que se refleja tanto en las letras como en la música. No porque el discurso haya cambiado (de hecho, todo lo contrario), sino porque demuestran que se pueden mantener las mismas banderas sin caer en una pose adolescente.
Obviamente, esta nueva producción no escapa a algunos clichés de género como ser el “Un, dos, tres...” del coro que lleva esa misma frase por título, pero lo cierto es que también hay un aroma “rocker” que aparece casi tácitamente a lo largo de toda la placa. Probablemente, el hecho de que el ex-Riff Michel Peyronel haya estado a cargo de la producción haya tenido algo que ver.
En buena parte, la apuesta de la banda parece pasar por darle una esencia más rockera a las composiciones, sin dejar de lado ese aire de punkrocker que está impregnado no sólo en los arreglos sino en el mensaje de las canciones. Y allí se encuentra al mismo tiempo lo más importante de la placa: poder mantener ese discurso y al mismo tiempo abrir las fronteras del sonido para incluso conjugarlos en una misma composición, como ser el tinte heavy de “Apocalipsis”, la canción tradicional de “Un Domingo en Madrid” o “Los Nuevos Hijos de Rock”, esta última, en clara referencia a la tragedia de Cromañón.
Pero no por esto hay que suponer que los más fanáticos de los acordes de quinta vayan a cargar contra los rosarinos. Hay material suficiente para contentarlos, ya por el espíritu irreverente de “Resistir Luchando”, la potencia de “Mi Santo en llamas” o la ya mencionada “Un, dos, tres”. Además, los diferentes perfiles aparecen sabiamente alternados a lo largo del disco. Una decisión que no sólo evita la posible saturación que provocaría tres o cuatro temas continuados con la misma onda, sino que le brinda aire fresco a la placa y la vuelve más entretenida, al tiempo que hace más notorio el abanico que intenta desplegar la banda.
En “Salvaje”, Bulldog demuestra que los años de trayectoria los han llevado a elaborar un sonido propio que, manteniendo las raíces del punk-rock, logra brindarles una identidad como banda.
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