viernes, 2 de noviembre de 2007
Kapanga: "Crece"
El Mono y compañía llegan a su sexto trabajo de estudio, después de tres años de silencio, en los que la banda experimentó tal vez el mayor crecimiento de sus ya más de diez años de historia.
Entre 2004 y 2005, Kapanga pasó del Teatro Colegiales (hasta entonces el único que había) al Estadio Obras de la mano de “¡Esta!”, un disco cargado de canciones que rápidamente se convertirían en semi-clásicos de la banda. Después de haber llenado el templo del rock tres veces en un año, este 2007 obligaba prácticamente a los de Quilmes a editar un nuevo disco, más allá del vivo+DVD del año pasado (“Kapangstock”).
“Crece”, su sexto trabajo de estudio, intenta consolidar discográficamente, el crecimiento que el Mono y los suyos experimentaron en los últimos años. Sin embargo, esta nueva placa de Kapanga queda a mitad de camino en su intento por suceder a “¡Esta!”. Al contrario de lo que uno podía imaginar, en este caso la banda no logra contagiar mediante el disco esa energía y vitalidad que caracteriza tanto sus presentaciones en vivo como sus anteriores trabajos.
Si volvemos la vista hacia atrás, se podría decir que lo que sucede con este último disco es similar a lo que fue “Operación Rebenque” (2000), un disco que más allá de algunos clásicos indiscutidos como “La Taberna” o “Bailarín Asesino”, no lograba mantener ese mismo nivel a medida que se desarrollaba la placa.
Con “Crece” sucede algo parecido. Por un lado, buena parte del disco rescata el espíritu cuartetero de “A 15 centímetros de la realidad”, como la genial “Mesa 4” o el melancólico “Perdoname”, que incluye la versión “a la cordobesa” del solo de “Highway Star” de Deep Purple. Hasta aquí, 100% Kapanga, de esas canciones que obligatoriamente arrancan una carcajada cómplice del oyente.
Pero por otro lado, el resto del disco explora canciones más tradicionales que no logran contagiar esa “energía kapanguera”, más allá de algunos pasajes interesantes como “Me voy yendo” o el infaltable reggae de “Para mi”, aunque esta vez no sea Maikel el encargado de las voces.
Es que más allá de lo hitero de “Hay un lugar” (sabiamente elegido como corte de difusión), lo que le falta a “Crece” es ese sentido del humor que aparecía tácita o directamente en las canciones de Kapanga, aún cuando fuese para hablar de historias de amor como fueron “Desearía” o “El Universal”, hasta temáticas más controvertidas como las de “Labios” o “Desesperado”.
No es que Kapanga haya cambiado el eje de sus canciones, pero sucede que “Crece” no consigue transmitir esas historias con la creatividad y el ingenio de trabajos como “Botanika” o “¡Esta!”. Y aunque hace su fuerte en una revitalización del espíritu cuartetero que marcó los inicios de la banda (sin dudas el mayor atractivo de la placa), lo cierto es este sexto trabajo no parece encontrarse a la altura de lo que la banda es capaz de ofrecer hoy por hoy. Mientras tanto, habrá que conformarse con sus (sobresalientes) shows en vivo.
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