El delirio es relativo de acuerdo a quien lo dice o lo decide. Pluma y Alquitrán divierte con buenas actuaciones y un excelente manejo del sonido.
Muchos dirán que los cuentos están hechos para los niños, que Peter Pan era un grandote que nunca creció y que el Principito era un rubio indeciso con ganas de viajar. Que la fantasía entretiene solo a aquellos con ganas de soñar y sin la menor idea de la triste realidad. Ok, ¿pero no es la idea? Al ver una película o ir al teatro, uno quiere ver situaciones irreales, lejanas y opuestas a nuestro estilo de vida y costumbres, viendo personajes exagerando momentos y reacciones. Algo que la obra de Gustavo Pardi intenta hacer con un excelente uso de vestuario, sonidos e iluminación y un gran equipo que lo respalda.
Pluma es un profesor y Alquitrán un doctor. Juntos conviven con otros seis personajes a cargo de un neurosiquiátrico. Apenas una delgada línea de cordura separan a los locos de los cuerdos, haciendo difícil la tarea de separarlos, conocerlos y ponerles el sello en la frente que los identifica como raros, extraños, locos, idiotas o como quieran llamarlos esta sociedad.
Soledad Angustias Alonso es una estudiante de medicina que viaja a Francia para visitar el instituto a cargo de Monsieur Maillard, el director de toda esa locura concentrada. Su idea es descubrir los complicados métodos de Pluma y Alquitrán para reprimir y/o conllevar esa extraña locura que reina en el lugar y que no tardan en contagiar.
Con actuaciones creíbles, absurdas y exageradas, la obra, basada en un cuento de Edgar Allan Poe, supera con éxito la difícil tarea de trabajar con nueve personajes en escena al mismo tiempo, logrando que el espectador mueva los ojos y escuche con atención los diálogos y el excelente uso de los sonidos ambientales.
Al salir, luego de aplaudir, claro, se puede apreciar la muestra de fotos de Marisa Caruso, quien logró captar los mejores momentos de la obra en blanco y negro. Todo junto, como un combo, en un domingo de sol de este verano mentiroso.
Teatro Del Sur, Venezuela 2255. Domingos 18 horas.
Actuan: Guillermo Blanco, Sol Busnelli, Luciana Cervera Novo, Aldana Cecilia Damiani, Christian Fresta y Natalia Martínez, Federico Negri, Gustavo Pardi, Javier Méndez Pared y Jimena Rey.
Dirección y puesta en escena: Gustavo Pardi
Escenografía: Sabrina Fernández
Versión: Ignacio Gómez Bustamante y Gustavo Pardi
Vestuario: Sol Busnelli, Luciana Cervera Novo y Marisa Lagui
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario